Por mucho tiempo, me pareció que la vida estaba por comenzar, la verdadera vida. Pero siempre había un obstáculo en el camino, algo que superar primero, algún asunto no terminado, tiempo por invertir, una deuda que pagar. Entonces la vida comenzaría. Finalmente me di cuenta de que esos obstáculos "eran" mi vida.
Esta perspectiva me ha ayudado a ver que no hay camino a la felicidad. La felicidad es el camino. Así que, atesoremos cada momento que tengamos. Y atesorémoslo más porque lo compartimos con alguien especial, lo suficientemente especial como para invertir nuestro tiempo, y recordemos que el tiempo no aguarda a nadie. Así que, dejemos de esperar hasta que...
Terminemos nuestros estudios ó regresemos a ellos,
Perdamos diez libras ó las ganemos,
Tengamos hijos ó estos dejen el nido,
Comencemos a trabajar ó nos jubilemos,
Nos casemos ó nos divorciemos,
Llegue el viernes en la noche ó el domingo en la mañana,
Tengamos un nuevo auto o vivienda ó estos estén pagos,
Llegue la primavera ó el verano ó el otoño ó el invierno,
Dejemos de vivir del seguro de desempleo,
Llegue el primero del mes o el quince,
Toquen nuestra canción,
Hayamos bebido ó estemos sobrios,
Muramos ó nazcamos de nuevo,
Decidamos que no hay mejor tiempo que ahora mismo para ser felices. La felicidad es una travesía y no un destino.
¡Cuán bienaventurado es el hombre que no anda en el consejo de los impíos, ni se detiene en el camino de los pecadores, ni se sienta en la silla de los escarnecedores,
sino que en la ley del Señor está su deleite, y en su ley medita de día y de noche!
Será como árbol firmemente plantado junto a corrientes de agua, que da su fruto a su tiempo, y su hoja no se marchita; en todo lo que hace, prospera. Salmo 1:1-
Fuente: http://www.renuevodeplenitud.com/
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