Este es un blog creado para llevar aliento y esperanza para aquellos que no la tienen.

martes, 13 de abril de 2010

CUANDO DIOS SE ENAMORA


¿Será esto posible? Bueno... el libro de Cantares dice que Sí.
¡Qué bueno sería saber entonces qué es lo que enamora el corazón de Dios!

Pensando desde la óptica de que fuimos creados a imagen y semejanza de Dios, tendríamos que pensar que Dios es un ser sentimental y apasionado. Espere antes de "crucificarme". Él dijo: "Con amor eterno te amé", y también: "encendí mi furor", además: "me arrepentiré del mal que había pensado hacerles", También dice que él siente abominación. (Jeremías 31:3; Deuteronomio 31:17; Jeremías 15:14; 26:3; Levítico 20:23)


Por todo esto podemos decir sin temor a equivocarnos que Dios se enamora, y si somos a su imagen y el torrente de sentimientos que por nosotros corre tuvo su origen en El, podríamos imaginarnos un poco las situaciones que pueden enamorar su corazón, y yo creo que de lo que Dios se enamora es del corazón.

¿Qué es lo que hizo que Él se enamorara de un pastorcito de ovejas olvidado hasta de su familia? El dijo:
"me he buscado uno conforme a mi corazón" (Hechos 13:22)

¿Cuáles son los motivos que producen esto?

Personalmente creo que la adoración, pero no la adoración como tal vez nosotros la entendemos. No la adoración que surge de los momentos de alegría y bendición, sino la adoración que surge a cada paso.

Personalmente le digo al Señor que entiendo que no merezco su amor y que no sé por qué Él me ama, pero que nada en el mundo podría impedirme adorarle... ni aun mi pecado. Reconozco que no estoy en la perfección, pero aun en mi pecado todavía declararé que El es mi Dios y nada podrá impedir eso.

No sé si Él la recibirá, pero yo se la doy.

Tal vez se ha hecho mucho énfasis en la forma de adorarle y no en el estado del corazón en la adoración,

"Oh, hombre, El te ha declarado lo que es bueno, y que pide Jehová de ti: solamente hacer justicia, y amar misericordia, y humillarte ante tu Dios" (Miqueas 6:8)

Es bueno ir de rodillas y levantar las manos y tal vez agradable como actos físicos, pero a El lo que mas le preocupa es MI CORAZÓN.

¿Qué es lo que Dios busca en nosotros, y en nuestro corazón?

1. Que hagas justicia, es decir que vivas en su rectitud, que oigas lo que Él te dice en el corazón.

2. Que ames misericordia, o sea que vivamos como Él nos hizo vivir, en su misericordia.

3. Que te humilles ante El. El reconocimiento que nada tenemos y nada somos, solo en El.

Se que Él no quiere que tenga momentos de adoración, sino que viva en adoración, ¿Se puede? Lo intento... no sé si lo logro.

Lo que creo que enamoró a Dios, del corazón de ese pastorcito, fue lo que El vió que haría aun en los momentos mas obscuros de su vida. Aun en su pecado y desobediencia, David llegó a decir:

¿Con qué me presentaré ante Jehová, y adoraré al Dios Altísimo? ¿Me presentaré ante el con holocaustos, con becerros de un año? ¿Se agradará Jehová de millares de carneros, o de diez mil arroyos de aceite? ¿Daré mi primogénito por mi rebelión; el fruto de mis entrañas por el pecado de mi alma? (Miqueas 6:6-7)

Mi amigo... nunca dudo en arrepentirme, y lo hago a diario. A veces no estoy tan seguro de que me Él escuche, y me da vergüenza arrepentirme de lo mismo muchas veces, pero lo hago y nuevamente lo vuelvo a hacer.

No debe ser tan fácil enamorar el corazón de alguien y mucho menos el de Dios. Personalmente creo que es como el matrimonio, para mantenerlo sano hay que volver a enamorarse todos los días, y no es tan fácil pues hay muchas cosas que no nos enamoran, pero ¿qué es lo que vemos para seguir?

Tal vez que miramos y recordamos esa primera vez, que no vemos su actitud sino que miramos lo que siente, que sabemos que me ama y la amo, que eso no ocurre sólo en los momentos buenos y prósperos sino en todos los momentos, aun en los difíciles y en esos mucho más, ¿no?

Tal vez al fin eso sea simplemente el amor, algo mucho más sencillo de lo que pensamos, y menos complicado de lo que creemos, y sería bueno que supiéramos que podemos volvernos a Él en cualquier circunstancia, que nada es demasiado terrible como para no poder detenernos y decirle:

...A pesar de mi pecado y de haberte herido te amo y se que podrías no aceptarme y serías justo si no lo hicieras y aunque no lo hagas nada podrá impedirme decir que tu eres mi Dios y que lo que decidas está bien para mi, y aunque no sea digno de ti...

...Solo quiero decirte que Te Amo,... PERDÓNAME.

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