Mira, tu Dios te ha entregado la tierra; sube y toma posesión de ella, como el Dios de tus padres te ha dicho; no temas ni desmayes. Deuteronomio 1:21.
Existe una herencia de gracia que debemos tener la valentía de conquistar para que llegue a ser posesión nuestra.
Todo lo que un creyente ha conseguido, pueden conseguirlo los demás.
Puedes ser valiente en la fe, ferviente en el amor y fecundo en trabajos; nada puede impedirlo, mas para ello es preciso subir y tomar posesión.
La más dulce experiencia y la gracia más preciosa son para nosotros, tanto como para cualquiera de nuestros hermanos.
El Señor nos las ha dado y nadie podrá negar nuestro derecho: subamos, pues, y poseámoslas en su nombre.
El mundo está delante de nosotros y debe ser conquistado para Jesús.
No debe existir pueblo ni lugar alguno que no le esté sometido.
Delante de nuestras casas se halla la morada de los pobres, no para que permanezcamos inactivos, sino para socorrerles.
Tengamos valor y vayamos adelante, porque así ganaremos para Jesús las moradas sombrías y los corazones endurecidos.
A nadie dejemos morir en la calle por no tener bastante fe en Jesús y en su Evangelio para subir y poseer la tierra.
No hay lugar por tenebroso que sea, ni persona tan degradada que no esté al alcance del poder de la gracia.
¡Fuera toda cobardía!
Por la fe marchemos a la conquista.
Este es el día para subir y poseer lo que ya Dios nos ha prometido.
Señor, Gracias por darnos tus promesas. Hoy dependemos de ti y esperamos tu orden para poseer. Amén.
Fuente: Charles Spurgeon.
Libro De Cheques Del Banco De La Fe.
domingo, 10 de octubre de 2010
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