¡Buenos días! Una frase que usamos todo el tiempo, ¿verdad?
Se la digo a mi hija, a mis empleados y aún a mi cartero. Creo que pudiésemos decir que es una suerte de bendición a otro al comenzar el día, un saludo para romper el hielo, quizás tan solo un hábito para algunos pero para la mayoría, un acto de cortesía.
“Buenos días” para mí tiene un significado completamente distinto que para la mayoría. No recuerdo cuán a menudo la digo ni recuerdo algún momento especial en que la haya usado, ¡excepto uno!
Recuerdo que era una fría mañana y me dirigí a mi lugar acostumbrado del café, me estacioné en mi lugar acostumbrado y entré. Fue entonces cuando tomó un significado completamente diferente. Levanté la mirada y mi mesera acostumbrada no estaba allí. O no, definitivamente que no era lo acostumbrado.
Miré a la bonita mesera con cola de caballo y ojos que iluminaban al mundo. ¡Dios mío! Pensé que había algo en ella que no puedo describir, pero ella brillaba, iluminando aún el día más oscuro.
¡Entonces pasó! Me miró y dijo “buenos días”. Nada especial para la mayoría de la gente, pero para mí el más memorable “buenos días” que jamás recordaré. Ella sonrió y solo dijo “buenos días” y mis rodillas se debilitaron. Musité algo un poco gracioso y divertido y solo la observé.
No era su apariencia física o lo que vestía. No, era la manera en que se conducía, la manera en que brillaba alrededor de los demás. Lejos estaba yo de saber que le gustaba y que ella me gustaba pero por los siguientes dos meses, simplemente disfrutamos de la compañía del otro.
A menudo buscaba cualquier excusa para parar y verla, como comprar café que ni siquiera tomaba sino que dejaba en alguna de los puestos de mis amigos.
Finalmente un día ella lo hizo. Me pidió mi buzón electrónico y supe que esta era mi oportunidad de realmente conocer a esta hermosa mujer. Así que por días conversamos por la computadora y por teléfono. A pasar el tiempo nos enamoramos y ¡no con cualquier tipo de amor! Este es el tipo de amor que uno encuentra una vez en la vida, uno que es puro y del corazón, una historia de amor de la que leemos en los cuentos de hadas.
Como ven, no es tanto una historia sobre “buenos días”; es mucho más. Es una historia sobre buenos comienzos y buenas tardes y buenos tiempos y una buena vida. Es una historia de amor sobre mi amiga y yo. Su nombre es Jennifer.
No sé lo que significará, pero en Persia la llamarían Navaz, lo que es un término en lengua persa antigua para “regalo de Dios”. Y sí, ella es un regalo y le agradezco a Dios cada día por mi regalo.
Así que ven, alguna gente piensa que “buenos días” es tan solo un saludo o una frase cortés, pero no para mí. Sé que “buenos días” es el inicio de una historia de amor, la mía y la de ella. Es el inicio de un nuevo comienzo, de seguir con nuestras vidas; de envejecer y tomarnos de la mano en el portal… hasta que la muerte nos separe.
Bill Renda, copyright 2006
Una frase sencilla puede ser la llave para una grande oportunidad. Buenos Días, puede ser el inicio brillante en un corazón solitario y afligido.
Una frase sencilla puede ser la llave para una grande oportunidad. Buenos Días, puede ser el inicio brillante en un corazón solitario y afligido.
Éxodo 4:15 Tú hablarás a él, y pondrás en su boca las palabras, y yo estaré con tu boca y con la suya, y os enseñaré lo que hayáis de hacer.
2 Cronicas 10:7 Y ellos le contestaron diciendo: Si te condujeres humanamente con este pueblo, y les agradares, y les hablares buenas palabras, ellos te servirán siempre.
Fuente: http://www.renuevodeplenitud.com
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